SALMO 25 : 20

Guarda mi alma, y líbrame;
No sea avergonzado,porque en ti confíe.
SALMO 25 : 20
La decepción es parte de la madurez espiritual. Todos alguna vez nos hemos sentidos decepcionados por algo que no nos salió como lo habíamos planeado, o por alguien, pero siempre podemos tomar una actitud esperanzadora, en vez de una negativa, muchas veces hacemos planes para cada día, en vez de ponernos en las manos de Dios y pedirle que sea el Señor quien tome el control de mis pasos.
Nuestra decepción no proviene de aquello que no nos salió bien, es porque hemos puesto nuestra confianza en el lugar equivocado. Confiar en Dios es algo que podemos elegir todo el tiempo, especial mente cuando las cosas no resultan según lo planeado.
PROVERBIOS 16: 9 dice, El corazón del hombre piensa su camino; más Jehova endereza sus pasos. Si creemos en esta palabra, no es difícil dejar atrás nuestra decepción y confiar en Dios que el nos ayudará a aprender de nosotros errores y hacer lo mejor en el futuro.
No permita que la decepción gobierne sus emociones, pues Dios tiene planes de bien nosotros, aunque no sepa cuáles son, aprendamos a confiar en Dios que El siempre tiene lo mejor para usted y para mi.

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